jueves, 17 de mayo de 2007
Capitulo 14.2 (Relata Alejandra - dibuja Marcos "Laky" Luc)
No tenía noticias de Krillich, ni de Egro, empezaba a desesperarme, yo vi sus cabezas, después no estaban “¿Me estoy volviendo loca?” pensaba.
Ya era de mañana y le dije a mi padre que fuera al médico, me dirigía hacia la habitación de Marcos, la noche clave ya había pasado, no teníamos chance de que la Remolacha Suprema nos develara la hubicación. Mis esperanzas se desvanecieron.
Dejé salir a Marcos, algo en él no era normal, siempre pensé que en sus ojos (lo único que se le veía) había algo extraño, como si su ignorancia escondiera secretos, pero siempre supuse que era simplemente el cariño que le tenía.
- Andá Marcos, vos sos el único que no se entera de nada, aprovechá para pasarla bien estos últimos tiempos – le dije mientras le abría la puerta.
- Disculpame Alejandra, creo poder dirijirme a vos con el simple fin de comunicarte que los seres Marrones están en este momento con Krillich, tratando de develar el misterio de los portales, Egro y Moisés, muy probablemente esten vivos, aun quedan esperanzas aunque muy lejana está la posibilidad de que todos terminen vivos esta historia – una proseción de palabras marcharon de entre el pelaje de Marcos, mi asombro me inbmovilizó.
- pe... pero... pero Marcos, nunca te escuché hablar – tartamudeé asombrada.
- Siempre me mantuve callado, mi misión no era hablar, el mapa se develó ante mi anoche, aguardo la llegada del que, con vida, regrese de las montañas, también se que Juán, el cordobés de gran hermano 2007 salió en segundo lugar, que la democrácia en Argentina es una farsa ya que votamos a un candidato sin el más mínimo conocimiento de sus acompañantes en la lista para luego, cuando tomaron el poder, recluten a integrantes de los partidos contrincantes para acompañarlos en sus formulas logrando así un negociado que genera, en su punto más fuerte y efectivo, una ignorancia globalizada que permite un manejo de la sociedad a gusto y piaccere – estallé en un llanto, estaba indispuesta, era lógico.
Antes de poder entender lo que pasaba, veo a Marcos correr desesperadamente hacia la puerta, los autos de los tipos que habían venido anteriormente. Comenzaron a disparar pero Marcos llegó y se trenzó en una lucha voráz, corrían, disparaban, y mientras esto ocurría, siento una voz desde la montaña, no lo podía creer, eran Egro y Moisés, aunque sin Krillich.
Relata Egro.
Al fin vi nuevamente a Alejandra, corrí desesperadamente hacia ella, ni bien estuve a una distancia prudente, la besé, como nunca había besado a nadie, alejé mi cara sonriente y mis ojos llenos de lágrimas y me pegó, como nunca antes me habían pegado. “me parece que está indispuesta” me dijo Moisés en secreto “¡desubicado, irrespetuoso! ¿Porqé no dejás estas estupideces y vas a ver que Marcos está peleando con unos tipos en la puerta?” me gritó Alejandra y corrí hacia la entrada del hotel, Marcos luchaba con todos los hombres de Moralez, al cual logre ver dentro de uno de los vehículos, cobarde, viendo la lucha, sin participar, maldito cabrón, ni siquiera se animaba a salir del auto, escucho un disparo y me tiro sin dudarlo al lado de un añejo árbol, muy buen gusto tuvo la persona a la que se le ocurrió poner miles de piedritas blancas alrededor de semejante planta, muchas de las cuales se incrustaron en varias partes de mi cuerpo, provocando un dolor bastante fuerte, no tan fuerte como el que provocaron luego de que a Moisés se le ocurriera arrojarse en el mismo lugar, exactamente, arriba mío. Comenzamos a ver la pelea desde allí, y también veía al maricón de Moralez observarla desde el interior del automovil, de repente, Marcos cae al piso, inmóvil “Estamos hasta las tangas” creí oir decir a Moisés.
Se acerca uno de los hombres de Moralez, nos apunta con su arma “¡Jefe! Acá están los dos que buscamos” dijo y Moralez se nos acercó.
- me cansaste Egro, voy a tener que convencerte por las malas de que dejes de hinchar las pelotas – dijo y apuntó a Moisés.
- ¡esperá! - grité – el no tiene nada que ver, es un pelotudo que se prende a todas las cosas que hago yo.
Moralez apuntó a Moisés, en cuestión de segundos veo una sombra pasar frente a mi y escucho un fuerte disparo, veo caer a Alejandra con un orificio en la frente, inmediatamente después siento un fuerte ruido y la cabeza de Moralez vuela hasta caer a unos metros de donde estabamos nosotros, los tipos empezaron a correr en circulos y gritando, era el Careperro y los bichos que aparecieron con Krillich, el cual se hayaba tomando whisky a unos metros.
- ¡Alejandra se murió y vos tomando whisky! - le grité a mi hermano.
- Todos sabíamos que alguien iba a morir – dijo uno de los ratones humanos.
- Pero...
relata Krillich
tuve que golpear a Egro, el dolor no lo dejaba ver que habíamos triunfado, que Moralez estaba muerto, nadie buscaba ya las dos mitades del Choripan de Plata. Acostamos a Egro en una cama y dejamos a Moises cuidándolo. Fuimos a la montaña y Gervasio y Johan me ayudaron a cargar las botellas de whisky. Bajamos, esta noche me iba a emborrachar como nunca... como siempre.
Al llegar al hotel, el Careperro había quemado todos los cuerpos, menos el del peludo gigante que estaba tirado en la entrada y el de Alejandra.
Destapo una botella y le doy un trago, convido, había pasado apróximadamente una hora, Egro lloraba abrazado a Careperro, el cual tocaba dos guitarras con cuatro de sus patas, un bongó con las otras dos y acompañaba con un bajo con el par que le quedaba libre, increíble, ninguno de nosotros podía creer lo que hacía Careperro, tocaba todos esos instrumentos y a ninguno lo hacía sonar bien, estaba torurándonos. Gervasio bailaba solo, Johan me contaba un chiste muy malo pero yo no paraba de reírme, Moisés estaba parado junto a Egro, Moisés le daba al whisky, me empezaba a caer bien el petizo. La noche era ideal, habían muerto Alejandra y el peludo, Johan me contó que se llamaba Orfilio, que todos lo conocían como Marcos, era muy amigo de su hermano.
Ya estabamos todos bailando, hasta Egro decidió sumarse al festejo, más allá de las perdidas, habíamos salvado al mundo, yo destapaba una botella más cuando el piso comenzó a temblar, las copas caían de sus repisas, nosotros tambaleabamos, aunque veníamos tambaleando hacía un buen rato. Gervasio vomitó y Johan gritó “¡Cuidado Egro arriba tuyo!” pero no fue suficiente su grito, un pedazo de viga cayó sobre mi hermanito, como pude, luchando contra el temblor y la exagerada borrachera que me poblaba, me acerque, pero sobre el pedazo de viga cayó un trozo de techo, una cama de dos plazas, una mesita de luz, un velador y un cenicero con cenizas que volaron por el aire. Moisés gritó, sus lágrimas salían disparadas de sus ojos, los marrones me sostuvieron y me arrastraron hacia afuera, el Careperro saco a Moisés y todo, absolutamente todo el hotel se derrumbó, luego, para mi asombro, un enorme agujero se comenzó a formar al rededor de los escombros, una luz salió desde abajo, y todo se sumergió, en la superficie solo quedaba en pie una habitación que, según me dijeron, era donde dormia Marcos.
No entendíamos nada, para colmo de males, Moisés lloraba a los gritos, tuvimos que cargarlo a uno de los autos que estaban en la puerta y salir de ahí.
Mientras saludaba a los marrones y a Careperro un celular sonó dentro del auto
- ¿Hola?
- Hola, ya estamos listos, espero que hayas conseguido la Remolacha Suprema, si no, sabés que vas a encontrar una carnicería en tu casa – no entendía, parecía que la voz del otro lado me confundio con el dueño del celular.
- ¿Quién habla? - pregunté.
- ¡Vos no sos Moralez! Ya vamos para allá - gritaron y se cortó la comunicación.
¿FIN? ¿DI END? ¿GUATAFAC?
muy pronto, y mientras se gesta la segunda temporada de Las Dos Mitades del Choripan de Plata
llegan, de las mismas inutiles manos creadoras de esta infalible historia.
LOS RECOVECOS DEL ARMARIO
miércoles, 2 de mayo de 2007
Capitulo 14.1: el encuentro (relata Krillich - dibuja Laky)
Salí afuera (me chupa un huevo si se dice así o no se dice así) y se me vino el pajarón encima, uno de los ratoncitos se me tiró encima y me salvó de que me metieran un picotazo en las bolas. Empezamos a correr por entre medio de los árboles, Gervasio le tiraba poderes con sus ojos, esos bichos eran más raros que la mierda. Johan me empujó y caí al lado de el primer portal que vi, el de piedra, se metió y desapareció, se me venía el pájaro, me apuntaba a las bolas “¡que bicho mala leche!” pensaba. De adentro de la piedra salió una mano peluda y me arrastró, aparecí en un lugar florido, hermoso, aspiré y antes de oler una puta flor me arrastraron hacia un zotano, estaba mareado, no entendía nada, antes de acomodarme escuché una voz “¡Krillich! ¿sos vos?”
Egro, al fin te encuentro, estoy buscándote por todos lados, me metí en cada quilombo en un sólo día ¡¿En qué carajo andas hijo de puta?! - le grité mientras trataba de entender dónde estabamos, él estaba atado junto al pelotudito de Moisés.
¡Desatame! Si baja ese monstruo y nos ve nos morfa a todos – me explicaba Egro con una cara de susto increíble.
No se preocupen, yo lo conozco, su nombre es Careperro, no es malo, pero quiere evitar todo esto y no sabe como – explicó Johan y agregó – vos Krillich desatalos, yo voy a hablar con Careperro.
Egro, al fin te encuentro, estoy buscándote por todos lados, me metí en cada quilombo en un sólo día ¡¿En qué carajo andas hijo de puta?! - le grité mientras trataba de entender dónde estabamos, él estaba atado junto al pelotudito de Moisés.
¡Desatame! Si baja ese monstruo y nos ve nos morfa a todos – me explicaba Egro con una cara de susto increíble.
No se preocupen, yo lo conozco, su nombre es Careperro, no es malo, pero quiere evitar todo esto y no sabe como – explicó Johan y agregó – vos Krillich desatalos, yo voy a hablar con Careperro.
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